Así de repente.


Y de repente todo comienza a torcerse. Todo lo que antes sentías empieza a desaparecer. Esas ganas que tenías de besarle, de caminar de su mano, de hablarle, de verle sonreír se van desvaneciendo poco a poco como las hojas de los árboles en invierno. Él ya no es el mismo y a ti se te quitan las ganas de tener contacto con esa persona a la que conocías pero que sin saber el porqué a cambiado demasiado. Dicen que la distancia hace el olvido y que las apariencias engañan. Yo digo que nunca se olvida algo que has llegado a amar y que lo que engañan son las palabras disfrazadas de verdades. Pequeñas verdades que se convierten y transforman en mentiras que un día creíste, que un día te dieron falsas esperanzas, te ilusionaron e hicieron que te enamoraras de una u otra manera. Caes en su "trampa", te enamora y luego te distancias poco a poco. Pero recuerdas la persona que era en verano y añoras todas esa llamadas, esas palabras, sonrisas y demás tonterías que ya no están, que ya han desaparecido. De repente hemos vuelto a ser desconocidos, es como si no nos conociéramos de nada. Sin embargo, le conozco más que antes. Ahora sé como es realmente. Cada día es como si le estuviera cogiendo asco, odio. Le sigo echando en falta, me cuesta no hablarle, fingir que no me pasa nada contigo, que todo está como antes, que nada de esto me afecta, que soy feliz distanciándome de ti. Todas estas cosas me afectan, y mucho.
Me despierto sin una sonrisa porque no son tus buenos días los que me despiertan, porque no son tus palabras las que me alegran los días. Mis días han llegado a girar en torno a ti, gran error por mi parte. me da mucho coraje tener que obligarme a no hablarte a sonreír sin tu presencia. Te necesito y te lo digo. Te dije cosas que no sabías y aún las ignoras. Todo eso que te he dicho que me hacía sentir mal. Algún día te faltaré de verdad. Justo cuando eso suceda no estaré y será ahí cuando te des cuenta de que me has perdido.